Boca Juniors está a dos días de disputar una nueva final de la copa Libertadores. Los dos candidatos a presidente expresaron sus deseos para el partido (aunque uno de ellos dio una señal contradictoria poco después de estrenar una alianza política de cara al balotaje), la afluencia de hinchas a Río de Janeiro es tratada como una “invasión” y la mitad más uno del país va a estar completamente paralizada el sábado por la tarde, con la esperanza de poder movilizarse de manera salvaje después del pitazo final. De acuerdo a una gran película argentina sobre la que volveremos en unos párrafos, es probable que el resto del país vaya a estar igualmente pendiente, con motivos menos nobles. Semejante atmósfera solo puede producirse desde la obviedad de que Boca es un fenómeno grande, en sentido literal: marca identitaria positiva o negativa, según quién la exprese; signo cultural en direcciones y soportes infinitos y trampolín o extensión del compás político nacional (de nuevo, según quién lo exprese).
Por estos motivos no fue difícil completar la selección de materiales audiovisuales para esta entrega, cuyo hilo conductor es la referencia a Boca por fuera del registro estricto de partidos de fútbol (lo cual se va a romper levemente en dos casos). Se buscó destacar segmentos poco vistos (por popularidad o nitidez de las imágenes) o que estén acompañados por buenos complementos escritos o gráficos, y que, en conjunto, delineen parte de lo hermoso, lo insólito, lo triste y lo interesante que se distingue o se superpone alrededor de la historia del club.
El pilote inaugural y la inauguración de la Bombonera (1938, 1940). El Museo del Cine de Buenos Aires conserva estas imágenes muy poco vistas (y para nada vistas en esta calidad), que se habían difundido parcialmente y después de mucho tiempo en un video que compartió en 2020 el grupo que impulsa el Proyecto Esloveno para la ampliación del estadio. La primera parte es un segmento de la edición número 2 del noticiero Sucesos Argentinos, que incluye paneos muy breves de la colocación del primer pilote del estadio, el 30 de agosto de 1938. La segunda parte es del episodio 92 de Sucesos Argentinos y comienza con el poco pertinente título de “Otro estadio monumental”, antes de mostrar las escenas protocolares de la inauguración del 25 de mayo de 1940, y partes del partido amistoso de estreno contra San Lorenzo.
El libro del Xentenario, que editó Planeta en 2004, tiene el repaso más completo que puede encontrarse online sobre la jornada, incluyendo algunos de los momentos que aparecen en el registro: se puede ver el desfile de exjugadores (algunos de ellos fundadores del club), la ceremonia con la antorcha, la aparición del monseñor Copello y el puntapié inicial que dio el edecán del por entonces presidente de la nación Roberto M. Ortiz.
Zulma estrella (1964). El equipo de Deambrosi y Pedernera hacía los festejos formales de un campeonato en la Bombonera, y la primera vuelta olímpica de la tarde fue para la mismísima Zulma Faiad, a bordo de un auto antiguo y con una banda promocional de Cinzano. La revista Así es Boca la destacó con palabras bombásticas y le borró la publicidad de la banda. Faiad tenía 20 años y cuatro participaciones en películas hacia 1964, incluyendo la aparición en El perseguidor de Osías Wilenski que derivó en una denuncia de sus padres. Desde que el segmento fue posteado en redes sociales, la mención de la voz en off a la estrella 17 sirve de evidencia para hinchas trenzados en discusiones de Twitter sobre cuál debería ser el conteo correcto de títulos de Boca.
Silvio Marzolini comenta su actuación en Cuando los hombres hablan de mujeres (1966). La película, de estructura episódica, resultó ser una abominación en forma y discurso, con chistes horrorosos apareciendo con mucha previsibilidad y con Fernando Ayala, Héctor Olivera y Gius asomándose a los cambios culturales que trajeron los 60 con un pretendido desparpajo que colapsa completamente en el tercer episodio, con Luis Sandrini de protagonista. Marzolini termina siendo una especie de Macguffin en el segundo episodio, con su belleza oficiando de celestina entre dos fanáticos de Boca y dos fanáticas de River.
De esta entrevista anticipatoria hay que destacar la clase con la que Marzolini se refiere a su participación y convocatoria (habla de Olivera y Ayala casi como si fueran DTs) y cierta condescendencia del periodista Andrés Percivale, que iniciaría su propia trayectoria en el cine argentino en 1970, cuando Marzolini ya contaba con dos participaciones (la anterior había sido en Pelota de cuero de Armando Bo). En 1971 el cine argentino le hizo un poco de justicia a Marzolini, que tuvo unos cameos en la impresionante Paula contra La mitad más uno, pero hubiera sido maravilloso que el director Néstor Paternostro desarrollara en su propio estilo algo de lo que la película de Ayala había intentado con el defensor.
La ciudad deportiva (ca. 1967). Lo que en este caso presenta el Museo del Cine son materiales crudos del noticiero de Canal 9 registrando el avance de las obras del enorme y fallido proyecto concebido por Alberto J. Armando, que se pueden situar en 1967 por lo que parece ser la inauguración del Pabellón de las Américas, donde coinciden varias personalidades que aparecen en este otro registro que conserva DiFilm, y por este hilo del paisajista Fabio Márquez que identifica la fuente Arco Iris, la confitería Neptuno y el puente principal de esa zona. Después de la muy incómoda secuencia de los mástiles que comienza a los 11:33 se presenta un poco de acción ceremonial, con la bendición del monseñor Ernesto Segura y la presentación musical de Aníbal Troilo. No hay que dejar de ver el documental de 2016 sobre la larga historia del proyecto y su declive, como tampoco hay que perderse las canciones de Estela Raval y Zaima Beleño dedicadas a la ciudad, o las coberturas sobre el problemático destino que tendrán esas tierras.
Velatorio en la Bombonera por la tragedia de la Puerta 12 (1968) (Disponible en la plataforma de British Pathé). Este año el periodista Pablo Lisotto presentó Una tarde de junio, libro de investigación sobre la tragedia de la Puerta 12 del estadio de River, y en un artículo que escribió para La Nación ofreció también un repaso por el hecho y sus repercusiones judiciales e históricas, incluyendo datos que desmienten o suman matices a nociones instaladas desde entonces. Las imágenes del archivo de Reuters parecen ser las únicas en color del velatorio que Boca organizó en el Salón Azul de la Bombonera para doce víctimas de la tragedia. Los féretros son ingresados en coches fúnebres y llevados al Cementerio de la Chacarita en un cortejo acompañado por una autobomba de los bomberos de La Boca, con lo que pareciera ser un bombero y varios efectivos policiales llevando antorchas. Hay más imágenes del velatorio y el cortejo en materiales conservados por Archivo Prisma y Archivo DiFilm.
La V a cámara de Ernesto Mastrángelo (1978). No hay nada que agregar al genial artículo de Roberto Parrottino sobre las circunstancias que enmarcaban esta entrevista a Mastrángelo después del partido de vuelta de la final intercontinental que Boca le había ganado al Borussia Mönchengladbach en Alemania, y que terminó con el jugador poniendo los dedos en V frente a cámara, presumiblemente rodeado de argentinos exiliados que hacen el mismo gesto segundos antes. El resumen del partido está en un segmento con fotografía espléndida del noticiero alemán Deutschlandspiegel.
Kagami biraki con Diego (1982). Boca estaba en Japón por la copa Xerox Super Soccer, que se disputó a tres partidos contra la selección o un combinado japonés y que produjo este hermoso programa introductorio para el público local. Hay imágenes del primer partido, un 1-1 con gol de Ruggeri. Diego Maradona estaba con un kimono puesto en ese escenario corporativo presumiblemente el 11 de enero, que es la fecha tradicional en la que se realiza la ceremonia del Kagami biraki (鏡開き), rompiendo un barril de madera que contiene sake para repartir la bebida entre los asistentes. La cara de asombro que pone desde el 00:57, cuando le explican el procedimiento, es maravillosa y compensa el hecho de no poder llegar a ver los martillazos. El otro detalle igualmente notorio es que ya debía estar vigente su contrato con Puma, teniendo en cuenta que se deja puesto el tracksuit durante toda la recepción y hasta interrumpe la imagen de Adidas cuando se para junto al resto del plantel.
Desayuno intercontinental (2000). El curso de las acciones judiciales de Cablevisión y el Grupo Clarín contra Víctor Hugo Morales por su retransmisión de la Copa Intercontinental de 2000 se extendió hasta el embargo de 2015 y el allanamiento de 2018: VHM había decidido dejar de fondo la señal del canal PSN en el estudio de su programa Desayuno, que salía por el entonces Canal 7, y terminó integrando el segundo tiempo a una pantalla partida. El registro de esa maniobra quedó dispuesto en varias partes en una emisión de 2013 de Bajada de línea, programa que el uruguayo conducía por Canal 9.
Es un documento espectacular por las señas de su época (en los títulos del día aparecen De la Rúa defendiendo la convertibilidad y Al Gore queriendo impugnar las elecciones que perdería con George W. Bush), pero más que nada por cómo las circunstancias del partido provocaron de manera tan directa y rápida los malabares televisivos que VHM tuvo que realizar con su idea: los dos goles de Boca (a los 2 y 5 minutos del primer tiempo, respectivamente) llegaron inmediatamente después de que el conductor explicara a grandes rasgos cómo iba a funcionar la emisión de aquel día, y mientras intentaba balancear la atención inevitable por el desarrollo del partido con un móvil y la charla con su panel, televidentes e invitados (que incluían a Antonio Alegre, expresidente de Boca). El punto más alto de esta dinámica se da durante una entrevista telefónica al entonces diputado Eduardo Santín, a quien interrumpen durante su exposición sobre el proyecto oficialista de reforma provisional para anunciar el descuento del Real Madrid, a los 11 minutos del primer tiempo:
En la tercera parte del programa de 2013 dedicado a este episodio, VHM muestra algunos extractos más de la transmisión, incluyendo el pedido a su producción de poder estirar el programa para llegar a cubrir el tiempo de descuento del segundo tiempo y un último llamado de una televidente hincha de River pero “orgullosa” de Boca, cerca del final.